La ley Sinde y la doble moral

Lo de la ley Sinde es de una bisoñez e ignorancia informática supina.
En 2001, en algunas charlas que di cuando ya llevávamos 4 años intentando arrancar el VoD en cine.com, dijimos que los monopolios y la falta de servicios de descargas legales buenos, bonitos y baratos era el mayor de los problemas.
No podíamos conseguir películas, ya que algunos productores preferían tener sus películas en las estanterías que en internet. Recuerdo intentar ir a comprar el DVD de Torrente 1 y ¡estar descatalogado!, sin posibilidad de ser comprado legalmente y sin opción a que estuviera en servicios legales de descargas, como el que estábamos intentando montar; pero eso sí, estaba en todas parte pirata. Luego vino la exigencia del portal de Egeda, (que salió unos años después del nuestro), que al principio exigía por contrato a los que quisieran tener su película en su servicio de VoD tenerla en exclusiva con ellos, cuando nosotros animábamos a nuestros incipientes clientes a ponerla en el mayor número posible de sites legales de descarga. Les decía como un mantra: «Si está disponible de forma legal, entonces quéjate de la piratería, pero no antes».

La situación ha cambiado algo 12 años después de que empezáramos nosotros. Los anchos de banda están ahora a precio de risa, igual que los almacenamientos y todo el mundo ya tiene ADSL. Los que dan ahora servicios de VoD han estudiado algo de informática y de internet y, en general, la situación es distinta, pero hoy, igual que cuando empecé con la informática en 1984, continúa la piratería. Entonces eran cintas de casette y diskettes de ordenador de 5.25″, ahora son descargas desde internet, pero continúa existiendo y no se va a parar con esta ley.

En una entrevista que me hizo Carlos Francino en su programa de radio Hoy por hoy de la Cadena SER hace 6 ó 7 años, hablé de la doble moral de los que se quejan de la piratería: «no me robes mi película», pero en su casa tienen todas las discografías descargadas/copiadas, sus hijos se bajan todo de los demás, ponen el chip en la consola para tener juegos piratas o en su trabajo usan el Windows, el Office, el movie magic, el Photoshop, el 3D Studio Max, el Maya, el Final Cut o el Nuke pirata; incluso han usado copias piratas él mismo o alguno de sus subcontratados, para hacer esa peli que le jode que le estén «robando».
Yo actualizaría a 2011 este comentario que hice en la SER con «y se piratean las aplicaciones de iPhone instalando un jailbreak o un crack y no pagando ridículos 2€ por aplicaciones que hacen con esfuerzo informáticos y que les solucionan problemas».
Los que tengan un iPhone, iPad y no quieran pagar por el trabajo de otros, que se compren un Android, se instalen Linux, GIMP y un compilador en su ordenador en lugar de Windows, Photoshop o un Visual piratas, y programen sus aplicaciones ellos mismos.

Para que la ley no fuera 100% ridícula (y pasara a serlo sólo en un 50%), obligaría a los denunciantes a pasar por una auditoría a fondo de los ordenadores de su empresa, de su informática portátil y hasta de la informática de su hogar. Sólo si pasaran con éxito esta auditoría, les permitiría proceder con la denuncia, ya que la ley está ahí, aunque repito que NO me parece nada bien esta ley sin sentido.

Los informáticos nos hemos estado jodiendo muchos más años que los productores con la piratería y hay que saber hacer un «get over it» a tiempo y adaptarse a las nuevas reglas de juego.

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